La imagen del Santísimo Cristo de la Salud y Misericordia, de autor anónimo, es la imagen Titular de la Cofradía. Conocido popularmente como Cristo del Silencio, fue durante siglos el titular de la Escuela de Cristo fundada en Lucena en enero de 1.671 inicialmente en la ermita de San Marcos.
Foto: Jesús Rodríguez
Trasladada esta institución años más tarde a su sede definitiva en la Plaza de Aguilar, fundó allí un hospital (Hospital de los Desamparados) –conocido como “Hospitalico” en contraposición al
mayor, fundación hospitalaria del siglo XVI-, para cuyo oratorio debió encargar la imagen de este Crucificado de tamaño natural.
En 1.691 la Escuela de Cristo se unió con la vieja cofradía de la Santa Caridad, fundiéndose así dos vertientes básicas del mundo cristiano: la contemplativa y ascética, representada por la Escuela, y la activa, de la que fueron exponente la consolidación y ampliación del hospital, y las fundaciones de una escuela de primeras letras, de una hijuela de expósitos, que recogía, criaba y educaba niños de la propia Lucena y de las vecinas poblaciones de Cabra y Rute; de una casa de transeúntes, y de un Monte de Piedad de Trigo que atendió eficazmente a la población en épocas de escasez, evitando la especulación de tan importante cereal.
Separadas la Escuela de Cristo y la cofradía de Santa Caridad cerca de la mitad del siglo XIX, aquella continuó en la vieja sede de la Plaza de Aguilar
manteniendo sus ejercicios piadosos y la escuela primaria.
La imagen de este Santo Cristo, que presidía el retablo del Altar Mayor del oratorio, bajo la misma advocación del antiguo hospital de los Desamparados, una vez desaparecida la Escuela de Cristo, en la Semana Santa de 1.933, con motivo de la celebración del XIX centenario de la muerte de Jesús, fue trasladada a la parroquia de San Mateo quedando entronizado en un sencillo altar, donde a partir de entonces fue objeto querido de la devoción popular. Dicho altar, con arco de jaspe negro y escalinatas, quedó situado junto a la puerta de acceso a la Capilla del Sagrario. Posteriormente, la imagen fue trasladada a otro lugar de la Parroquia de San Mateo y el arco junto con sus escalinatas fue finalmente situado en la Casa Hermandad de la Cofradía.
En la actualidad, el Cristo de la Salud y Misericordia tiene como capilla la antigua portada de la Capilla de la Purísima Concepción. La severa portada de piedra - fechada en torno a 1.630 - sirve como enmarque a la imagen. La vieja portada se remata con un medio punto entre pilastras cajeadas. Sobre ella monta un frontón triangular y recto con adornos esféricos en los extremos.
El Cristo del Silencio en su antigua capilla.
En cuanto a la talla, de tamaño natural, fue planteada dentro de la mayor frontalidad posible. Colabora con esta intención la cruz: plana y oscura, con el solo añadido del "titulus". La imagen responde nítidamente a un concepto bastante clásico e idealizado del crucificado, que se muestra en este caso ajeno a cualquier tipo de exceso y truculencia barrocos. Destacan las acertadas proporciones y la corrección anatómica de la figura, cuya cabeza aparece caída, con la barba sobre el pecho. El paño de pureza, de acertados pliegues, se anuda sobre el costado derecho en un elegante nudo, sujeto y ceñido con una cinta.
Foto: Jesús Ruiz Jiménez "Gitanito"
La imagen del Cristo de la Salud y Misericordia es una de las mas veneradas de Lucena y se ha relacionado tradicionalmente con el mundo estudiantil de la ciudad (principalmente secundaria). No en vano, aun hoy es muy frecuente ver a los estudiantes dirigirse a su capilla antes de iniciar la jornada lectiva. Otro dato relevante, es la estrecha relación entre su Cofradía y el Instituto "Marqués de Comares", centro donde nació la primitiva Hermandad.
El Cristo del Silencio fue restaurado en el año 2.002 por el egabrense D. Salvador Guzmán Moral.
Según mi criterio, no hay en toda la imaginería pasional lucentina un crucificado que exprese mejor la muerte que el Cristo denominado hoy de la Salud y Misericordia, más popularmente del Silencio, y antiguamente de los Desamparados. Clavado en una oscura cruz plana, conmueve este Jesús muerto, con la cabeza caída hacia adelante, la barba apoyada sobre el pecho.
Este Cristo en el que la muerte ha dejado tanta dolorosa serenidad, cuya pálida y lívida policromía impresiona y mueve a devoción, llegó a la Parroquia de San Mateo desde la capilla del
Hospitalico situada en la Plaza de Aguilar de Lucena allá por el año 1.933, con motivo de la celebración del decimonoveno centenario de la Pasión y Muerte del Señor.
La antiquísima cofradía de la Caridad, junto a la asociación piadosa llamada Santa Escuela de Cristo, fundó y mantuvo largo tiempo un pequeño hospital -de ahí el nombre Hospitalico con que fue conocido-, para pobres, enfermos y para incurables, en los años finales del siglo XVII. Se sabe que ya sirvió esta institución en la terrible peste que, en 1.680, asoló Andalucía causando bastantes muertos en Lucena. Es precisamente por estas fechas, cuando aparecen alusiones a este santo Cristo en los libros de actas de la Caridad. Algo después se colocó presidiendo el retablo mayor de la capilla.
La venerada imagen del Santísimo Cristo de la Salud y Misericordia (Cristo del Silencio) es una talla por ahora anónima, encargada por la congregación de la Escuela de Cristo, acaso en la
última década del siglo XVII, a algún escultor probablemente granadino.
El desconocido escultor planteó la escultura dentro de la mayor frontalidad y simetría posibles. Solo pequeños detalles y la obligada disimetría a la que conduce la superposición de los pies, sujetos a la cruz con un solo clavo, distorsionan levemente la casi rotundidad simétrica de la figura.
El autor trató de expresar la serenidad y la grandeza de la muerte de Jesús, consiguiendo una especie de Cristo “en majestad” triunfante a pesar del suplicio.
La sencillez es la clave del éxito estético y especialmente devocional de esta imagen.
Foto: Jesús Rodríguez